Teaching Mission Translations
S-Siraya – Les mostraré el camino – 23Feb2011 - Monjoronson.com Paul Conklin
Maestro: Siraya, La Voz del Padre
Tema: Les mostraré el camino
T/R: Paul Conklin
23 de Febrero de 2011
[Del T/R 02/23/11:
Queridos amigos, desde ayer supe que Siraya tenía algo que decirme. Llegó en un muy hermoso mensaje que me gustaría compartir con todos ustedes. Cada uno de los celestiales tiene una firma de energía distinta y lo siento fuertemente diferenciada en cada uno. No sé porque o como funciona, solo sé que funciona.]
Les mostraré el camino
Buenas noches hijo, este es Siraya. Siempre disfruto nuestras conversaciones. Me produce un gran placer el poder despertar a un ser mortal finito. Me produce gran placer que estés compartiendo estas cosas con tus amigos.
Esta noche discutiremos el camino. Cuando caminas por un sendero usualmente hay marcadores a lo largo del camino. ¿Alguna vez has estado en un bosque donde había una marca de fuego salpicada en una sucesión de árboles o tal vez en una roca en el camino? Sabes que si sigues esas marcas alcanzarás tu destino.
Existe gran entusiasmo a medida que caminas por el sendero y sigues las marcas dejadas para ti por los que abrieron el camino antes que tú. Pero todo el tiempo que te toma llegar a tu destino paras frecuentemente en el camino para admirar la belleza que ves a tu alrededor. A medida que subes por un camino montañoso como de costumbre con el árbol marcado por el fuego, te detienes al lado de un arroyo en la montaña. Escuchas quietamente los sonidos del arroyo ya que balbucea y se precipita hacia abajo. Miras hacia arriba y estás rodeado de masivos árboles. Es un bosque muy antiguo. Los árboles son de todas las variedades y tamaños. Hay sicomoros y pinos, arces y árboles de sasafrás. Algunos son de cien pies o más de altura. Llegan tan alto sobre ti que solo llega un poco de luz al camino del bosque sobre el que estás caminando.
Sigues tu viaje. Hay un hombre que hizo un puente peatonal que cruza la corriente. Te detienes brevemente en ese puente peatonal para escuchar los sonidos del silencio que están cruzando tu corazón y tu alma. Esta vez mejoras tus habilidades para escuchar. Cierras tus ojos y oyes el viento soplando a través de los grandes árboles. En la distancia escuchas los sonidos de los autos de una autopista distante y confusa. Se oyen los sonidos apagados en una aeronave en vuelo. Oyes su sonido pero no puedes verla. La bóveda del bosque obstruye cualquier oportunidad para una observación real de ella.
Después de unos minutos bajas a zancadas el camino del bosque. Tienes cuidado de seguir las marcas de fuego que aparecen periódicamente. No quieres salirte del camino. No quieres salirte del sendero porque estás inseguro del terreno. Tienes miedo de perderte si te sales de la ruta. Sabes que algo especial está más adelante por lo que caminas con dificultad, con entusiasmo y emoción.
Te detienes nuevamente. Esta vez te detienes en una caída de agua. Debe ser por lo menos de cien pies de altura. La ves como una interminable cascada de agua sobre el acantilado y vista desde arriba sobre las rocas de abajo, donde se encuentra de nuevo con la corriente. Te paras y la miras. Estás anonadado. Estás hipnotizado. Cierras tus ojos una vez más y te imaginas que estás lleno de paz que esta caída de agua y este sendero del bosque se engendran en ti.
Después de unos minutos continua tu viaje. Te sientes obligado a alcanzar tu destino. Ahora te sientes rejuvenecido. Recuperas el ritmo de tu paso en el camino de la montaña. El terreno es cada vez más empinado y peligroso, pero no te detendrás. Cada paso, cada pisada, sigues caminando con dificultad. Pones un pié delante del otro hasta que alcanzas tu destino.
Ahora estás en la cima de una montaña. Ves el horizonte. Ahora puedes verlo todo. Nunca habías tenido esta perspectiva antes. No hay árboles altos o sonidos que te distraigan ni que te impidan de tener una clara visión de todo lo que te rodea. Respiras profundo inhalando y exhalando el aire refrescante que te rodea. Decides que acamparás en la cima de la montaña toda la noche. Mirarás la puesta de sol.
Esta noche es una noche particularmente hermosa. Miras como el sol se hunde bajo el horizonte. Vez los espectaculares colores salpicados en el cielo como un espectáculo de luces láser para tu provecho. A medida que el día se desvanece y el sol desaparece miras fijamente el fuego que encendiste antes. Has llegado hasta la cima de una montaña porque rehusaste bajarte del camino. Seguiste las marcas de fuego dejadas por tus compatriotas. A causa de esto ahora estás parado en la cima de la montaña. Debido a que ahora tienes una visión clara y sin obstrucciones. Cuando despiertes y salga el sol otra vez es el primer día de la eternidad. Lo has hecho y no volverás atrás.
El viaje al Padre es como un paseo por un hermoso bosque. Hay marcas de fuego por todas partes. No hay forma de perderse porque el Padre mismo es como las marcas de fuego que encuentras en cada árbol alto. Su visión es clara y sin obstáculos porque estás siguiendo una luz. Estás siguiendo la luz eterna que siempre estuvo allí marcando a fuego una huella para que siguieras la senda del camino universal.
Sigamos. Recuerdas que a lo largo del camino te detuviste y respiraste profundamente. Pasaste tiempo en silenciosa contemplación a medida que observabas en silencio la belleza que te rodeaba. Es así como te habla el Padre. Cuando aquietas el parloteo mental y escuchas esa apacible y delicada voz. Esa voz apacible y delicada voz que siempre te llama. Dando un paseo en la naturaleza es una metáfora apropiada para encontrar al Padre Eterno. Porque hay algo inexplicable en esa experiencia. Esto se debe a que cierras toda la interferencia externa. Cuando callas esa interferencia externa puedes escuchar el flujo constante de las señales del espacio que manan a tu mente desde el Eterno.
Mi querido niño a medida que das un paseo en esta vida date un tiempo para ir a la quietud. Tomate un tiempo para conectarte con el Padre de todos nosotros en la quietud. Continuamente El irá delante de ti marcando esa huella. El es el pionero que ha marcado esa huella de manera que puedas caminar en ella. El es el césped y la tierra sobre las cuales caminas. El es la cascada y los altos árboles. El es el sol brillante que ilumina tu camino. El es el sol que se levanta cada día. El está allí cuando apoyas tu cabeza para dormir y cuando te levantas cada día.
Te mostraré el camino “dice el Eterno”. Mantente caminando por ese sendero del bosque por allí, por ahí me encontrarás. Escúchame en el ensordecedor silencio. Sigue mi voz mi niño. Detente a través del camino y aprecia que la belleza está siempre delante de ti y también rodeándote en cada curva.
Cuando finalmente alcances la cima de la montaña después de tu largo y arduo viaje seré el sol que se levanta. En este gran universo mío hay marcas por todos lados guiando tu camino. Búscalas en el tope de cada árbol alto. Búscalas bajo cada piedra y en cada arroyo que sube la montaña. Porque ahí estoy mi niño esperando por ti.
Dentro de tu mente he plantado un bosque donde hay marcas por todos lados. Te mandé una parte de mi mismo para que habitara en tu mente. Esta parte de mi es la huella que he enviado delante de mi para encontrarte y para traerte de regreso a casa. No necesitas ir a la selva para encontrarme, porque dentro de tu mente está el sendero del bosque con marcas de fuego por todos lados. Te digo, “este es el camino, andad por el pueblo”. Camina por ese sendero del bosque donde hay bellezas inimaginables esperando por ti. Detente periódicamente y huele las rosas. Aquieta tu mente mientras imaginas que estás de pie ante una majestuosa cascada. Ahí me encontrarás, yaciendo en un camino que conduce al camino eterno.
Soy Siraya, la voz del Padre que grita. Y el Eterno dice “voy a mostrarles el camino niños, caminen en él. Ve en paz mi niño y camina en la senda del Padre.
FIN