Teaching Mission Translations
Los
Oportunistas Ayudantes Planetarios.
(Desde el Escritorio de
George Barnard)
Esperar lo Inesperado.
Ellos
son los Seres Intermedios, Ayudantes Planetarios o Espíritus Guardianes. Poseen
la manera de hacer que otras personas hagan cosas para ellos, pero también
tienen la habilidad de hacer que otras personas escuchen.
Cuando
ellos andan por ahí, siempre esperen lo inesperado.
Sus horarios establecidos 11:11
AM y 11:11 PM son conocidos mundialmente como sus llamadas de cortesía de
‘marca registrada’. Una vez que estén habituados a mirar los 11:11 en sus
relojes, radios, hornos de microondas y monitores de computadoras, ellos usarán
cualquier doble dígito para decirles ‘hola’ e ingresar información subliminal
en lo profundo de su mente. Ellos pueden hacer parpadear sus luces eléctricas o
esconder las llaves de sus autos. Poseen un gran sentido del humor.
Y ellos son los supremos
Oportunistas del Reino de los Seres Intermedios.
“Mejor Desházte de esas Plumas.”
Rodney Jacobs fue un médico con
una larga fila de pequeños letreros negros detrás de su nombre. No hubo forma
de que sus operaciones, ajustes de columna vertebral y raras y maravillosas
‘medicinas fuera de lo ortodoxo’, él no las practicó.
Si Rodney no lo practicó, él y
su equipo al menos los conoció y algunos de nuestros colegas estuvieron más
involucrados.
El sanador energético fue
también un hipnoterapista clínico y uno de mis eminentes maestros de los años
60’s.
Siempre pude contar con Rod
Jacobs para ayudarme si yo estaba atorado en un problema. Junto a su
extraordinario conocimiento, siempre fue enormemente intuitivo. El patio
cubierto atrás de su casa de dos acres de superficie fue ‘el área de pláticas
para el entendimiento’ donde las gallinas de Guinea y otros animales suplicaban
por migajas.
“Si
estás tomando la práctica de Sandor,” me ofrecí, “Vas a necesitar más ayuda en
la clínica, pero mas importantes es que desaparezcas ese gran florero lleno de
plumas de pavo que está en la recepción.”
Jacobs
saltó. “¿Que pasa con esas plumas’”
“Tuvimos Una Pelea.”
“Bueno, si Sandor es serio para
regresar para ayudar a Hungría y tú tomas este trabajo, habrá un numeroso grupo
de Gitanos que llamarán”, sugerí. Los pacientes Rumanos echarán una mirada a
esas plumas y saltarán sobre sus caravanas llenos de pavor.
“Algunos vinieron a verme y
llegaron por la puerta trasera.,” Jacobs recalcó.
“!Qué Interesante¡. ¿Qué sabes
acerca de los Gitanos?”
“No mucho,” respondí. “Hubo
algunos en Europa y después de la guerra vinieron por aquí regularmente para recoger
trapos, pedazos de metal y para afilar cuchillos y tijeras. Ellos odian los
‘ojos del demonio’ que tienen las plumas de la cola del pavo real, porque creen
que espíritus malos son atraídos a ellos. También esconden un mechón de su
cabello en el hueco de un roble y creen que el roble y ellos, se vuelven uno
–algo así-, y haciendo eso también creen que les detiene la artritis.
“¡No me digas!, exclamó Jacobs. “Ven conmigo.
Sandor y yo hemos tenido una pelea y lo que me haz dicho podría ayudarnos. Me
ayuda mucho.”
Un Serio Problema Ético.
Estuvimos
de regreso en uno de los cuartos de tratamiento de Rod Jacobs y el sanador sacó
un máquina de debajo de un armario. Parecía del tamaño de un estéreo de
antiguos discos de acetato, pero no contenía ninguno. En vez de eso contenía
dos tazas de metal.
El siguiente artículo que
apareció de debajo del armario fue un cajón grande y dentro éste cientos y
cientos de pequeñas bolsas de plástico, cada una conteniendo un mechón de
cabello. Sobre cada bolsa estaban escritos un nombre y un número.
La luz se retiró y se convirtió
otra vez en una tarde aburrida. “Tienes para ti mismo un roble mecánico”, me
reí. “¡Que novato!”
“Tengo un serio problema ético
con esto”, admitió Jacobs. “Hemos supuesto alrededor de diez llamadas
telefónicas por día, contactando con esa cosa, pusimos los mechos de cabello de
los pacientes en una de esas tazas y los dejamos por una hora. Un cheque por
treinta dólares llegaba a nuestro apartado postal en unos pocos días. !George,
debíamos estar tomando trescientos dólares diarios por hacer absolutamente
nada¡ Le dije a Sandor que lo olvidara. Me lo juró ardientemente, se retiró y
me dejó con ese problema.”
Tú Debías de Contactarlo
“Aparentemente, la máquina
tenía la habilidad de enviar ondas de baja frecuencia que reduce el metabolismo
de la gente sin importar donde se encuentre”, Rod Jacobs añadió. “Difícil de
creer.”
“Tu debías contactar con
Sandor,” sugerí. “Pienso que esa cosa probablemente representará un gran
trabajo para el árbol de roble. Sandor
vendrá por aquí y eso te dejará con sólo un problema; dónde encontrar una
máquina con diez de esas tazas.”
Rodney Jacobs supo como reir, y
también supo donde encontrar a Sandor Kisch en una nublada tarde de Sábado, y
pronto él podría aprender como poner pequeñas bolsas de plástico en tazas de
metal. !Una tarea que le quita tiempo¡.
Todo
esto sucedió en 1988 y esa rara ocasión cuando la intuición de Jacob le falló y
yo entendí posteriormente quien estuvo guiándome a tales lugares como el
‘jardín cercano a la ciudad’ de dos acres de superficie de Jacob.
Fueron los 1,111 Oportunistas
Ayudantes Planetarios.
© The 11:11 Progress Group
“Dios
está siempre en mi mente.”